Melanie

Mel, dulce Melanie.
Se levantó de repente. Con casi dos añitos asomó su cabeza de aquella cuna blanca situada en una pequeña habitación color amarillo con una cenefa azul marino llena de ositos, adornada con estanterías repletas de libros infantiles y juguetitos de niños, peluches sonrientes apilados en una repisa acoplada entre los arcenes de la puerta y la ventana del dormitorio, y un baúl al lado contrario de la habitación.
La luz de un atardecer cálido que entraba por la ventana creaba una sombra detrás del pequeño refugio de la chiquilla.
"Oh!..."
La pequeña Mel se sorprendió al ver la bonita luz que bañaba su cuarto y aún más sorprendida se quedó en cuanto descubrió lo que había detrás del cristal. Siguiendo el ritmo de los rayos otoñales caían hojas amarillas, marrones, rojizas...todos los colores, de un árbol.
Quedó inmortalizado en su memoria ese pequeño recuerdo.
Mel, mi dulce Melanie...